Bueno, despues de
tanto tiempo termine de pasar esta cronica de un viaje MOY larga que
hizo mi hermano... si mas preambulo se las presento
(algunas acotaciones las agregue entre parentesis porque me parecio que hacian falta)
Eran aproximadamente las 10.50 de la mañana cuando el despertador del celular empezó a sonar. Ese mismo día a las 16.50 salía un avión con destino a Bariloche, sábado 19 de enero de 2008. Aquel era nuestro destino, el de Santiago (Tati), Agustín y yo.
Ya estaba todo listo para
que nos pasaran a buscar a las 12 del mediodía y nos llevaran al aeroparque.
Las bicis desarmadas, la comida distribuida, documentos de todo tipo,
herramientas y muchas otras cosas que son necesarias cuando el objetivo no es
otro que hacer la ruta de los 7 lagos en bicicleta.
El reloj da las 12 y mi
viejo nos pasa a buscar en la traffic beige sin asientos para cargar todo. El
viaje hasta aeroparque no tiene sentido alguno que lo describa. También, creo
suponer, a nadie le gusta hacer el check-in y menos leer como otros lo
hicieron, por lo que retomamos el relato ya en el avión.
Los tres estábamos ansiosos
por empezar el viaje, habíamos esperado 2 horas antes de subir al avion porque
habiamos llegado MUY temprano (cosa que nos dio tiempo a clavarnos unos buenos
sándwiches de bondiola y lomito de cerdo con mucho chimichurri)… la espera
valió la pena, el despegar estuvo bárbaro y había gente copada (además de una
azafata rubia que rajaba la tierra y un par de pasajeras altamente potables). Hubo
una situación en el avion que vale la pena contar. Agustín, mi hermano de 21
años, se levanto a buscar algo en la mochila que estaba en el locker que tiene
los aviones arriba de cada fila de asientos. Por esas cosas de la vida, una
moneda un poco traviesa se desplaza del bolsillo de la mochila y cae
limpiamente sobre la prominente y tostada pelada de un hombre de la fila de
adelante. La primera reacción de mi hermano fue de disculparse, por supuesto,
pero después de cruzar mirada con Tati, uno de sus mejores amigos, la risa
estallo de los tres. En un principio era bastante disimulada, pero después fue
incontenible. Pero resulta que de las demás filas de los alrededores, empezaron
a reírse también. Todo el mundo termino riéndose a carcajadas menos el “individuo”
que había sufrido el pequeño incidente, al que no le había pasado desapercibido
el estallido de risas general y esto era claramente identificable por la
terrible cara de culo que tenia (Agus: me miro re mal todo el viaje ese
hombre).
Mas allá de esto el viaje
fue tranquilo pero el aterrizaje, un poquito fuerte, el piloto bastante animal
para aterrizar. Bajamos, buscamos los bolsos (nos llevamos un pequeño disgusto
al encontrarnos con las alforjas de Agus abiertas, roto el cierre que estaba
con candado; pero no fue para mayores ya que no habían sacado nada. Sin embargo
la bronca estaba y también la tristeza de saber que en este país las cosas no
cambian más). Armamos las bicis en el estacionamiento del aeropuerto y salimos
a pedalear. Eran pocos kilómetros hasta la cuidad de Bariloche y fue muy
tranquilo. Es más, fue en ese camino donde agarramos la primera bajada y el
record lo hizo Tati con 65 km/h. Llegamos a Bariloche y nos fuimos al camping
Selva Negra, que para llegar hay que recorrer una bruta subida de 500 m. que
con las bicis es muy dura. Armamos la carpa, comimos tarde (fideos con salsa)
nos hicimos amigos de una pareja re hippie, hablamos un rato y nos fuimos a
dormir. Toda la gente del camping muy buena onda (Agus: menos el de seguridad que
se acerco a eso de la 1 a.m. para darnos un sermón sobre los ruidos después de
la medianoche). A la mañana siguiente, domingo 20 de enero, salimos con las
bicis (sin alforjas, eso quedo en la carpa) a recorrer el centro de Bariloche.
Teníamos que pasar por una bicicleteria (cerrado) y no podíamos conseguir hilo
para coser las alforjas de Agus (recuerden que las habían roto en el Newbery).
No conseguimos nada porque era domingo y estaba todo cerrado, así que nos
volvimos al camping. Almorzamos arroz con mayonesa y atún (muy buenos) y a la
tarde hicimos huevo total. Jugamos al truco, rompimos las bolas con los handys.
A la tardecita fuimos al super a compra un para comprar un par de cosas, nos
conectamos a Internet (por Wi-fi) y fuimos a la terminal a comprar los pasajes
para el día siguiente a San Martín de lo Andes, desde donde empezábamos a bajar
de vuelta a Bariloche, completando la ruta de los 7 lagos. A la noche comimos
hamburguesas con papa y huevo (espectacular, como diría el Bambino) nos
rascamos un rato y nos fuimos a dormir. Al día siguiente, comienzo de semana,
lunes 21, desayunamos como siempre, café con leche, armamos todas las alforjas,
nos despedimos de las nuevas amistades y nos fuimos para el centro. Las
bicicleterias estaban abiertas y conseguimos hilo y alfileres de gancho en una
mercería. Pasamos por un “Todo” (nombre del supermercado) y compramos fiambre,
pan y gaseosa para almorzar. Comimos en la costa mirando al Huapi, pasamos por
una estación de servicios y partimos con las bicis para la terminal. Las
desarmamos al costado por donde para el tren (ese que para verlo hay que ser
afortunado) mientras nos hacíamos mala sangre viendo como un gordo gil (que de
gil no tenia nada) y cara de nada se comía a una rubia tremenda y altamente
cogestible (disculpen el desenfreno, pero es realmente frustrante). Subimos al
bondi (no pagamos las bicis como sobrepeso gracias a Tati que se chamuyo,
literalmente hablando, a la que vendía los boletos en la terminal). Salimos de
ahí y resulto que el bondi iba por el camino mas largo. En vez de agarrar por
la ruta de los 7 lagos, agarro por Confluencia, lo que significa que rodeo toda
la patagonia para llegar a San Martín; para que se den una idea, un trayecto de
200 km. duro 5 largas hs. (hasta pasaron una película. “En busca de la
felicidad”). Al final llegamos a San Martín de los Andes, armamos la bici y
salimos para el camping Lolen, a 5 km. de San Martín. Apenas llegamos nos
compramos 2 cervezas, idea de Agus y Tati, no mía (Agus: seguro), Buscamos un
buen lugar y nos instalamos. Comimos polenta con salsa y bajamos a la playita
del Lago Lacar a tomar un par de cervezas más. La noche era espectacular, cielo
estrellado y una luna que no se podía mirar de frente por lo brillante,
coronaba una montaña formando la típica postal de libro.
Martes 22, el día más
cansador. Cargamos las bicis con las alforjas y salimos para el Lago Hermoso.
Primeros 15’ subida a pata con las bicis al lado, desde el camping hasta la
ruta (camino que el día anterior había estado bárbaro bajando con las bicis).
De ahí hasta la entrada de Quila-Quina (al cual no fuimos por 2 razone, primero
quedaba a 12 km. y en bajada, que obviamente al otro día habríamos tenido que
subir; segundo habíamos pedaleado 6 o 7 km. nada mas y no valía la pena bajar),
Ahí Agus, cocinero oficial del viaje, hizo una sopa y seguimos el viaje. A
partir de ahí fueron 25 km. en subida que me duelen las piernas (e imagino que
a mis compañeros de viaje también) (Agus: SI) de solo acordarme. Fue muy duro,
al principio veníamos riéndonos y hablando boludeces pero después de un rato no
podíamos ni hablar. Cruzamos mucha gente, ya sea en auto, bici o caminando y
todos buena onda; siempre saluda la gente si la saludas, esta comprobado por
nosotros. Otra cosa muy buena es que todo el mundo te filma, en especial los
chilenos, como si fueras un famoso. Te sentís muy importante cuando te filman o
te sacan fotos.
Llegamos a un lugar donde un
puente cruzaba el Arroyo Partido y paramos a descansar. Resulta que llega un
hombre en una moto y nos ponemos a hablar; era de un canal de televisión (canal
5 de San Martín de los Andes) que nos termino haciendo una nota y filmándonos
mientras contábamos la experiencia vivida hasta el momento.
Desde arroyo partido en
adelante el viaje hasta lago hermoso era mayormente bajada (según nos contó el
del canal 5) noticia que trajo gran alivio a nuestras piernas ya destruidas por
la interminable subida. En un tramo del viaje nos encontramos de vuelta con el
hombre del canal de TV y nos filmo yendo a mucha velocidad por una bajada muy
buena.
Llegamos al Lago Hermoso,
mejor dicho a la entrada del camping (que de 2 km. que decía el cartel,
resultaron ser 3,5 km., dato que nos facilitaron los cuenta kilómetros de las
bicis). Antes de entrar nos tomamos una cerveza (que les puedo jurar que fue la
mejor de mi vida). Llegamos al camping, administrado por unos cordobeses,
compramos galletitas y nos instalamos. Esa noche comimos arroz con atún y
mayonesa (el mejor de mi vida; y acá vale aclarar que con el hambre que uno
tiene después de pedalear y dormir precariamente, cualquier cosa medianamente
safable, resulta lo mas rico o fascinante de todo). Nos acostamos
inmediatamente después de comer porque estábamos muertos de cansancio. Pero
algo tenía que pasar. A eso de las 3.30 de la mañana se escuchan pisadas
fuertes afuera de la carpa, los 3 nos levantamos sobresaltados al mismo tiempo
y, para ser sinceros, un poco asustados. Tati salio afuera a ver que era
(teníamos ya una vaga idea de que podía llegar a ser) y resulto que a las vacas
les había parecido un buen lugar para pastar. Una vez espantadas las vacas
(estábamos los 3 afuera de la carpa desvelados), Agus quiso hacer fuego, pero
desistió a los 2 min. de intentar prenderlo. Volvimos a la carpa y nos dormimos.
A eso de las 8 de la mañana se escuchan pisadas de nuevo, pero solo me levante
yo, los otros dormían como troncos. Me encontré con el doble de vacas que la
primera vez (2 vacas y un ternero la primera; 6 vacas y el ternero en la
segunda). A las tan amigables vacas no se les ocurrió mejor idea que deshacer
sus sobras estomacales en nuestro fogón. En fin, las espante e intente dormir
un poco más. A pesar de todo fui el primero en levantarme, por lo tanto,
encargado de buscar agua y hacer el desayuno. Una vez todos levantados,
desarmamos todo y salimos para el Lago Falkner. El trayecto fue bárbaro, pocos
kilómetros y bastante bajada. Llegamos al camping (que para alivio nuestro
estaba sobre la ruta y pegado al lago), como siempre buscamos un lugar y nos
instalamos. Junto con nosotros se armaron al lado la carpa 3 chicos de Newman,
muy macanudos, que habían alquilado las bicis en San Martín y estaban haciendo
también 7 lagos. Les soy sincero, no me acuerdo si almorzamos o no (Agus: yo
tampoco). A la tarde jugamos al truco con los pibes y hablamos de la vida.
Previo a eso se nos acercaron dos chicas que habían perdido (Agus: no da para
poner robado) todo para cocinar y las ayudamos con todo. Nos quedamos hablando
y después ellas se fueron a dormir la siesta; los nombres eran Mary y Emi.
Volviendo a lo otro, a la noche nos pusimos de acuerdo con los otros chicos y
comimos juntos chorizos a la pomarola con arroz. Los créditos para Agus y Tati
(que ayudo poco) (Agus: es verdad J ). Estaba todo muy bueno pero por los precios, fue
una cena escasa. Mas tarde a la noche fuimos a la playa los 6 y otros 2 más que
conocimos en el momento y armamos un fogón. De a poco empezó caer la gente,
muchas chicas y se armo un re fogón. Había guitarra y armónica, estuvo bárbaro.
A la mañana siguiente los 3 chicos se fueron temprano, los despedimos y
almorzamos fideos (bastante pobres) (Agus: que otra opción queda después de
haber comido chorizos a la pomarola?). A la tarde Agus durmió de 14 a 21 (muy
morsa) (Agus: J
estaba cansado) y Tati y yo nos embolamos duro y parejo. No había nada para
hacer, hasta la ropa habíamos lavado a la mañana. Ya para la noche no teníamos
ganas de cocinar así que nos fuimos con 3 chicas que habíamos conocido la noche
anterior, de las cuales 1 estaba ebria (Agus: no daremos el nombre de cual es
la que estaba ebria, pero sus nombres son MAITA, Jose y Vicky J ), y comimos unas pizzas en la proveeduría. Al toque
de terminar se armo el baile, la proveeduría se lleno y estábamos todos
bastante tomados. Bailamos un buen rato y después se armo el fogón de nuevo
(gracias a toda la leña que le robamos al camping) (Agus: idea mía… obvio).
Todos borrachos cantando y demás hasta las 5 de la mañana del viernes 25 de
enero. Nos levantamos a las 11, armamos todo y salimos para donde nos llevara
el viento. Vale aclarar que la noche anterior hicimos banda de amigos y
habíamos quedado en encontrarnos todos en el Lago Espejo Chico. Salimos del
Falkner y hasta Pichi Traful fue tranquilo (unos 13 km. total de los cuales 10
km. de ripio). A partir de ahí el viaje fue insoportable. Se complotaron los
tábanos y la tierra para hacernos la
visa imposible. Aprovecho para denunciar la falta de respeto o como quieran
llamarlo, de los autos que pasaban a 100
km/h al lado nuestro, contribuyendo a aumentar el mal humor y la cantidad de
tierra que teníamos encima. Pedaleamos en total 46 km. de los cuales 35 o más
fueron de ripio y en subida (Agus: yo no la pase tan mal como lo describe,
ellos putearon por todo el camino y no disfrutaron del paisaje). Después de un
viaje mas bien insoportable (también fue cansador, pero no nos dolía tanto el
cuerpo como el de San Martín) llegamos al camping del Lago Espejo Chico, a 4
km. de la ruta (que esta en construcción y llenas de maquinas trabajando,
mojada y medio enquilombada). Nos atendió un flaco con pocas ganas de vivir y
sacándose un moco, bastante desagradable. Seguimos la rutina de siempre y Agus
se puso a cocinar. Aprovecho para decir que las rutas y los lagos son
espectaculares, sin duda lo mas lindo del viaje. Volviendo a la cena, comimos
arroz con salsa y pan. Antes de eso, perdón por mi precipitación en el relato
de los hechos, habían sucedido 2 cosas de importancia. Primero, y después de 4
días, nos duchamos. Yo no les puedo explicar el placer de salir de la ducha…
limpio y sentir el cansancio acumulado de 4 días. Fue como un sueño que a la vez
nos hizo caer en la realidad de lo cansados que estábamos. Lo segundo fue la
mala idea que tuvimos de primero ducharnos y después ir a buscar leña. Agus fue
el actor o victima (Agus: o el pelotudo), depende el punto de vista que se lo
mire, de la caída a un arroyo mientras hacia payasadas en la rama de un árbol.
Yo tuve la mala suerte de de no verlo, pero Tati me contó todo. Al final nos
vino bien porque como estaba mojado podía cruzar del otro lado a buscar mas
leña (Agus: es verdad me caí en un arroyo… había una rama bastante gruesa que
cruzaba del otro lado y una rama enganchada al final, el tipo decidido fue a
buscarla, pero cuando llegue a la mitad del tronco se me giro y me fui al agua,
caí parado, pero me llegaba al pecho y estaba helada, me pegue un cagazo padre
he de admitir).
Bien, volvamos al presente,
recuerden que habíamos comido arroz con salsa acompañado de pan. Tati se fue a
dormir y con Agus nos quedamos boludeando. Unas chicas de enfrente no podían
prender el fuego así que las ayudamos y nos quedamos charlando hasta las 12.
Después nos fuimos a dormir, limpios y sin hambre, la verdad un lujo (Agus:
somos 3 tarados, nos perdimos una re joda, pero es verdad que no dábamos más).
Sábado 26, nos despertamos
tarde, lavamos los platos de la noche anterior y como no teníamos ganas de
cocinar para el almuerzo, compramos pan, dulce de leche y pate y nos una re
picada. Nos tiramos al lago y a la tarde estuvimos hablando con 4 chic@s que
conocimos en el Falkner, Mery, Majo, Cata y Ale (Gordo). Más a la tardecita con
Agus, Tati nunca se tiro al lago, cruzamos la desembocadura del río espejo,
casi se muere Agus por el frío y se le había acalambrado el brazo y la pierna
(Agus: me dio miedo en serio, no lo pase bien). Llegamos al otro lado donde nos
esperaban Ale y Maita (una de las 3 chicas que conocimos en el Falkner) y para
volver caminamos río abajo donde era mas angosto para cruzar. De ahí nos
secamos y nos tiramos en el pasto al lado de la carpa a hablar con Mery, que
para que sepan canta MUY bien y es re buena ondaJ. Después de eso, salimos a comer afuera, nos fuimos
a la proveeduría a comer unas terribles hamburguesas caseras. Compramos un poco
de bebidas alcohólicas para la noche ya que estábamos ahí. El fogón se armo
cerca de nuestra carpa enfrente a la de los otros chicos, pero faltaba leña,
así que Tati y yo fuimos a por ella. Fue una verdadera aventura porque la leña
mas cercana ya se la había agarrado toda la gente a lo largo de la temporada
por lo que había que recorrer un buen trecho y aun así buscar en los lugares
mas recónditos de la patagonia. En fin, conseguimos algo, aunque sea lo
indispensable para mantener nuestro orgullo intacto. Prendimos el fogón, nos
sentamos y Mery se puso a cantar (Agus: gracias Mery hace una semana que
tarareo Alanis Morrisette). Después cantamos Agus y yo y así siguió la noche.
Se unió más gente al fogón y las bebidas alcohólicas empezaron a hacer efecto,
salio el tema clave de cualquier fogón, “a veces” de Mambrú, con unos coros muy
copados (Agus: esto lo dice porque lo propuso él e hizo los coros totalmente en
pedo). Debo admitir que después de esto poco me acuerdo gracias al Fernet Capri
sin hielo que tome con Tati (Agus se había comprado y bajado 2 botellas de
vino). Según me contó Tati a la mañana siguiente, me llevo a la carpa y caí
pero muerto entre las bolsas de dormir; a las 2 horas cuando se fueron a
acostar yo seguía en la misma posición. A la mañana del día siguiente, la
resaca era insoportable (a las 10 de la mañana me tire al lago para que la
resaca afloje un poco). Uno de lo otros chicos, Fede, también había hecho de
las suyas empujado por el pedo que se había agarrado tomando whyscola de un
embudo casero hecho con la misma botella de coca.
Bueno, ahí nos despedimos
del grupo de Ale (el gordo para las chicas) y Mery y nos fuimos del camping.
Afuera en la entrada al camping nos encontramos con Maita, Vicky y Jose y
quedamos en encontrarnos en Villa La Angostura en el camping de la UBA. La
pedaleada estuvo heavy, hubo un par de subidas muy grosas, en especial la
primera de todas. En un momento de la primera gran subida nos pasaron Mery y
Ale con los autos (cargando a todos los demás) que se iban para Bariloche. Agus
se encontró un V3 Black aparentemente pisado por los autos que terminamos
devolviendo a unos chilenos que nos preguntaron mas adelante si habíamos visto
un celular como el que habíamos encontrado, por supuesto se lo devolvimos, nos
agradecieron y seguimos camino. Cuando termino el ripio y entramos en el
asfalto fue un verdadero alivio, tanto para nosotros como para las bicis.
Llegamos a la entrada del
camping donde nos encontramos a Maita y nos dijo su ubicación. Entonces, nos
instalamos al lado de su carpa y Agus se fue al supermercado.
El camping un lujo (raro de
la UBA) (Agus: eh, que yo voy a la UBA!).
A la noche comimos como
animales; picada de salame y queso con 3 empanadas y matambre a la parrilla con
ensalada de lechuga y tomate. Les habíamos prometido a las chicas guardarles
matambre (y había quedado medio en la parrilla, o sea había mucho) pero resulta
que un perro forro (igual a Lazzie al que le ubicamos como dueño al decano de
la UBA, en chiste obviamente) se lo lastro de postre (digo de postre porque
seguro el perro maraca malcriado ya se habría bajado una re cena provista por,
por supuesto, por los dueños del camping). En fin, las chicas volvieron y no
había matambre. Nos bañamos y nos fuimos a torrar (previo a eso yo me había
acercado a la carpa de las chicas y me había quedado hablando, cantando y demás
con ellas)
A la mañana siguiente,
habíamos arreglado para ir juntos al bosque de arrayanes. Preparamos todo,
pasamos por el centro de la Angostura para hacer algunas compras y nos
encontramos con las chicas en el puerto. Compramos la entrada y entramos juntos
al bosque (en donde nadie nos pidió la entrada). Estuvimos al principio con
ellas pero después de un par de subidas con la bici al hombro, vinieron algunas
bajadas copadas para hacer y nos alejamos. Aproximadamente a mitad de camino
les dejamos una nota en donde decía donde nos encontrábamos. Un poco mas
adelante, entre el km. 8 y 9 me pegue el palo de mi vida. Un trayecto que era
de raíces y saltos y bueno… me confié y así me fue. Me lije todo, pero nada
para mayores. Un poco mas adelante se cayó Agus, se rayo un toque pero rompió
el celular (que lo había terminado de pagar ese mes) (Agus: el palo estuvo
bueno, pero cuando vi el teléfono roto me quería matar) y la bici quedo medio
lastimada (Agus: con el golpe le doble la palanca del pedal izquierdo). Estaba
re caliente… pero bueno, son cosas que pasan. Seguimos hasta la laguna Patagua
(ahí nos encontramos con las chicas para almorzar) y descansamos un rato.
Aprovechamos para curarnos las heridas (andábamos gritando por toda la laguna
del dolor). Agus averiguo cuanto le salía el arreglo del cel (bastante
picadito) y nos tiramos a torrar. Al rato llegaron nuestras compañeras de
aventuras y comimos. Después nos “relajamos” y aparecieron unos caballos
salvajes medio limados (a los cuales les sacamos mas fotos que a mi mismo en
toda mi vida). Maita lleno las botellas de agua en la laguna para lo que nos
faltara de viaje hasta llegar al bosque de arrayanes propiamente dicho.
Arrancamos viaje de nuevo, pero esta vez todos juntos. Una que otra bajada y
fue el turno de Tati de caerse. Fue mas leve que el de Agus y el mío (el palo
no?) pero igual se lastimo un poco. Llegamos al bosque y había un
“estacionamiento de bicicletas” porque no se podía ir andando. Llegamos al café
que esta ahí (donde estuvo Marley con los Lopilato y donde Walt Disney encontró
su inspiración para hacer Bambi, o al
menos eso dicen). Tomamos algo y nos fuimos a visitar los arrayanes. Esta
bueno, pero nada del otro mundo (en definitiva lo que esta bueno es el camino
en el medio de los bosques hasta llegar). Nos reímos mucho de las de las
boludeces que decíamos y nos volvimos a buscar las bicis. La vuelta no fue
diferente a la ida, un poco más rápida nomás. Nos cruzamos a León y Nicky (una
pareja de jóvenes estudiantes de la UBA que habíamos conocido en el camping la
noche anterior). Cuando terminamos de bajarnos quedamos en un kiosco tomando
algo y esperando a estar todos juntos de nuevo. Aparecieron León y Nicky muy
cansados y se fueron a una feria cerca. Tati se fue a probar unos vinos caseros
a la feria y al rato apareció Maita, que recién había terminado de bajar. Se
había separado de Jose y Vicky que llegaron al ratito. Esa noche habíamos
arreglado para comer pollo con papas a la parrilla todos juntos. Nos, los
muchachios nos fuimos a comprar y cuando terminamos, llamamos para que, con un
taxi, se llevaran todo al camping (ni a gancho íbamos con todo lo comprado en
la bici, estábamos muertos). En el camping Tati se puso a cocinar y los demás
nos fuimos a bañar, que lindo baño!! En fin… la comida salio barbara, nos
matamos de risa y de postre partimos en dos 3 alfajores y comimos casi todos
(lo que sobraba se lo comió Maita) (Agus: yo no comí alfajor, por eso Maita se
comió uno entero J
). Íbamos a ir a tomar un helado a Jauja pero bueh… nadie tenia ganas (aclaro
que yo si). Nos fuimos a acostar y al otro día las chicas se volvían. Esa noche
no hubo show de sombras chinescas pero algo les cante desde mi carpa (modestia
aparte). A la mañana siguiente hicieron alto quilombo empacando todo y el único
que salio a despedirlas fui yo (Agus: yo me desperté de TERRIBLE mal humor,
prácticamente empacaron todo con cinta de embalaje y me desperté con el ruido
característico de esa cinta a las 8 de la matina después de haber dormido unas
6 hs nomás). Volví a dormir y me levante tipo 12, Agus me miro y me dijo “ni da
irse hoy a Bariloche, nos quedamos un día mas acá”. Como no era de dudar, ni
Tati ni yo pusimos objeciones a eso. Ni siquiera almorzamos. Nos quedamos
hablando con León y Nicky y más a la tardecita fuimos a la Angostura. Agus
tenia que ir a la bicicleteria (por el golpe en arrayanes, resulto tener la
palanca del pedal doblada), fuimos al lavadero y para hacer tiempo nos tomamos
un café y fuimos al súper a comprar para hacer pizzas a la parrilla. Cuando
volvimos al camping, Agus se puso a cocinar. Invitamos a Nicky y León a comer
con nosotros así que la pasamos joya. Ellos se fueron a dormir y nosotros nos
quedamos hablando con 3 otras 3 chicas; Florencia, Melisa y Laura, de la
Matanza. Nos pasamos los mails y le cumplimos el sueño a Laura que nunca había
hablado por Walkie Talkie (Agus: no se como se escribe) (que nosotros teníamos).
En fin, nos acostamos como a las 4 de la mañana. Ese mismo día temprano, nos
levantamos, armamos todo, nos despedimos de todos y partimos. En la Angostura,
Agus saco plata del banco y compramos unas galletitas para almorzar (y bueh,
ganas de cocinar no había). Salimos con rumbo a Bariloche. Teníamos que bordear
el brazo Huemul del lago Nahuel Huapi y paramos en un camping de por ahí a
comer unos sándwiches. El ambiente no estaba un poco caldeado porque entre el
cansancio reinante, el calor y todo lo que nos faltaba todavía, el horno no
estaba para bollos (Agus: en realidad yo me había calentado con Tati porque no
entendía el modelo de lógica que había aplicado para hacernos bajar a todos a
comer en el camping y el no podía esperar y traer los sándwiches y directamente
los comíamos en la ruta). En fin, seguimos camino y nos acercamos a la parte
más heavy del viaje, una serie de subidas muy grosas que te dejaban el ánimo
por el piso. Tati se había adelantado, yo venia al medio y mi hermano atrás.
Hubo tramos en los que nos tuvimos que bajar de la bici, el agua estaba caliente,
pero era la única que había y por lo tanto había que tomarla; pero ojo, algo
positivo, todo era asfalto y no había tábanos!! Era impresionante el silencio
que había por momentos, te hacia sentir mas solo en insignificante que nunca.
Ahora… si habré puteado a las montañas!! Estuve cerca de volverme loco.
Bueno, llegamos al empalme
de al ruta 40 y nos agarro un viento en contra durísima hasta que llegamos a
una pequeña subida que estaba coronada por nada mas y nada menos que el Nahuel
Huapi (para que cuando terminamos de bordear el brazo Huemul, el camino sigue
por alta montaña y el Huapi no se ve mas).
Cruzamos al Río Limay y a
unos 12 Km. de Bariloche paramos a tomar algo en una estación de servicios. Nos
quedamos un rato ahí y arrancamos de nuevo. Estábamos destruidos pero llegamos.
Agus siguió un tramo pero con Tati paramos en otra estación de servicios a
comprar mas agua y algo de comida. Salimos para el camping y encontramos a Agus
dormitando en la costanera. Nos quedamos un rato ahí y después de mucho
esfuerzo, voluntad y una TERRIBLE subida al camping terminamos el día. 95 Km.
aproximadamente hicimos ese día, fueron duros, muy duros pero nunca estuve tan
orgulloso de mi mismo…
Armamos la carpa y Tati se
puso a hacer una polenta. Agus supuestamente no quería comer (Agus: no tenía
mucha hambre y comer polenta no daba ni un poco). A Tati la polenta le salio
como el tuje (me toco a mi probarla) y decidimos comer sándwiches de milanesa
en el bar del camping. Por supuesto, Agus no se negó ante esta opción. Después
de comer (miramos tele después de varios días si contacto con el mundo) Tati y
yo nos quedamos hablando con unos españoles. Agus se fue a dormir y al ratito
seguimos su ejemplo.
Jueves 31 de enero de 2008,
ultimo día del mes y de nuestro viaje. ¿Qué hicimos? Nada. Agus cocino el
almuerzo y conocimos 3 chicos con los que jugamos algunos partidos de truco.
Como es costumbre, Agus se fue a dormir mientras Tati y yo fuimos de compras
para cenar. A la tardecita miramos una película en el bar y después Tati se fue
a prender el fuego. Jugamos otro partido de truco (de los cuales no me acuerdo
los nombres) y cuando estuvo la cena lista comimos (ojo de bife, vacío, papas
fritas, chori, salame y queso). Nos quedamos charlando un rato y nos fuimos a
dormir tranquilos y temprano.
Al otro día nos levantamos,
después de varios intentos fallidos, a las 9.30 de la mañana, armamos todo y
desayunamos, nos despedimos y partimos (Agus: ya era rutinario esto J ). Paramos a comprar chocolates y demás para la
familia y amigos, también alguna que otra remera para regalar. Llegamos a la
Terminal de ómnibus de Bariloche, desarmamos las bicis, las cargamos (el que
las cargo era un verdadero chanta) (Agus: yo le pondría mas bien el apelativo
de reverendo Hijo de Puta) y nos despedimos de Bariloche hasta otra ocasión. El
viaje no vale la pena contarlo, creo yo. El servicio muy bueno (empresa
Chevallier), nos dieron un montón de comer, pasaron película y viajamos de lujo
(coche cama). Arribamos a Retiro, cansados, armamos las bicis y nos fuimos a
tomar el tren a constitución, día sábado 2 de febrero de 2008. En Lomas nos
despedimos de Tati (hasta la noche porque festejaba el cumpleaños) y en Adrogue
nos bajamos Agus y yo.
Todo no termina acá, o sea,
lo que paso antes de la noche es aburrido, pero esa noche la pasamos genial.
Vinieron Jose y Maita a lo de Tati y salimos todos al centro de Adrogue. La
pasamos joya, la verdad estuvo muy bueno. El viaje, para mí, termino
oficialmente cuando Maita y Jose (con el auto de Maita) nos dejaron a 2 cuadras
de casa a las 6 de la mañana del domingo 3 de febrero de 2008.
Y antes de olvidarme… Mi
nombre es Juan (Agus: el lo termino así y me dijo que no omitiera nada… fiel a
mi promesa J
)
FIN
Esto es la cronica de lo que escribio mi hermano y prometo en breves poner las fotos del viaje con la gente linda que conocimos
Un saludo para todos
AGUS